A principios del 2021 nos encontramos en una situación interesante, teníamos la responsabilidad de distribuir fondos para proyectos artísticos en una época donde sabíamos que muches artistas enfrentaban la cancelación de proyectos, o simplemente se encontraban con la pregunta de cómo continuar su trabajo dentro del nuevo limbo pandémico de Zoom. Lo último que queríamos era imponer sobre les artistas la presión de producir trabajo bajo estás condiciones. Queríamos distribuir los fondos, pero no queríamos que la distribución estuviera sujeta a la producción de una pieza, o que fuera a cambio de algo. Además, vimos la oportunidad que brindaba el transicionar nuestro trabajo a comunicación digital, de esta manera podríamos conectarnos con una red de artistas global, una red de la cual ya eran partícipes algunas integrantes de la colectiva de Women&Performance. La noción de Barbara Browning del “Artista de Correspondencia” (tomada de su novela del mismo título) nos invitó a pensar sobre el intercambio en sí como un proceso artístico: la labor íntima, cuir, y femenina de navegar la comunicación a través de la distancia y la diferencia. Creamos La Beca de Artista de Correspondencia, como un programa donde a un grupo de artistas seleccionades se les emparejaría con une artista de otro país, invitándoles a iniciar una correspondencia tan corta o larga como quisieran, en el medio y/o formato de su preferencia. Un experimento a partir de la correspondencia plurilingüe, interdisciplinaria e internacional.